Nos estamos muriendo ...
La muerte desde hace años me ha enseñado muchas cosas y una de ellas es la de apreciar el ahora, ser agradecida por lo que vivo y cuidadosa con al elegir a lo que decido emplear mi tiempo, mi pasión, mi atención.
No es de extrañarnos que al momento de perder a una persona cercana como que es más fácil hacer esa introspección o reflexión, pero luego sucede que nos volvemos a envolver con la dinamica de los días y nos empezamos a distraer y otra vez jugamos a ser eternos cuando somos todo lo opuesto a eso.
Recuerdo cuando mi abuela materna falleció, estaba justo en la clinica sentada observando a mi familia y puse mucha atención a ese momento y sentí en mi interior que aunque duele y es desgarrador decir adios a a un ser querido, esa persona nunca se va a morir en lo espiritual, en lo que se siente y no se ve, en lo que te enseñó, los recuerdos creados, cada vez que pienses en sus palabras, su forma de reir, hasta sus reclamos, esa persona vive y vivirá en ti.
Entonces si pudiéramos ser eternos? pues creo que si, la inmortalidad del alma no se esfuma aunque te cremen. Hay huellas que no se van e insisto perduran para siempre y a esas yo me abrazo. Siento muy cerca a mis muertos, cuando les amo aún no les pueda abrazar, cuando me alegro por algo bonito que me sucede y siento que se sienten orgullosos de mi, cuando me duele tan fuerte el pecho y me consuela pensar que me abrazan, cuando algo me sale bien sin saber como se logró y les atribuyo su ayudita, porque si, porque me gusta mantenerlos vivos asi, con amor.
Duele decir adios pero siento que duele más saber que "te estas muriendo" y no te detienes a VIVIR.
El valor del tiempo es incalculable porque cuando se va no regresa más. Valóralo.
J
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